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miércoles, 7 de marzo de 2012

Lesiones Insólitas, Parte 1


LA VOZ DE LA CONCIENCIA. Alex Stepney jugó en el Manchester United entre 1966 y 1978. La visión de frente a la jugada que tiene el arquero le jugó una mala pasada al ex Millwall. En un intento de ordernar a la defensa, pegó un par de gritos y ¡se dislocó la mandíbula!. Para amainar el papelón, aseguró, después del partido, que sufrió aquella desgracia al chocar con un rival, cuando intentaba descolgar un centro.

ANIMALITO DE DIOS. Carlo Cudicini tenía la tarde libre y se propuso pasear a su perro. En un momento de la habitual “vuelta a la manzana”, el canino sintió la presencia de una rata y un gato y se impacientó. En un estado de completa excitación, se abalanzó sobre sus futuras presas. Fue tan fuerte el tirón que el pobre de Carlo tuvo que pasar por el quirófano para operarse la rodilla.

JUEGO DE MANOS... El semestre pasado estalló la interna en San Lorenzo por las noches de póker que entretenían, con Diego Rivero a la cabeza, a gran parte del plantel en la antesala de los partidos. Lionel Letizi defendió el arco del Nice (club actual), Metz, Paris Saint-Germain y Rangers. En una concentración, el francés -sumiso, lejos de armar el lío que brotó en Boedo- propuso un scrabble para matar el tiempo. Algunos de sus compañeros se mostraron interesados y se armó la partida. De golpe, se cayó una carta al suelo, Letizi se agachó para levantarla y vino lo peor: una lumbalgia que lo dejó inactivo 15 días.

¿CIELO O INFIERNO? Los hermanos Boateng cobraron renombre en el último Mundial. De (mismo) padre ghanés y madre alemana, Kevin Prince decidió jugar para Ghana. Jerome, en cambio, se inclinó por el verdugo de Argentina en Sudáfrica. Ambas selecciones se enfrentaron por la tercera fecha del Grupo D (Alemania venció a los africanos 1-0). Luego del podio en la cita ecuménica, el menor de los hermanos la pasó mal: cuando viajaba en avión para regresar al City tras un amistoso contra Dinamarca, una azafata incrustó de lleno un carrito con bebidas en su rodilla izquierda. Jerome estuvo un mes sin jugar.

MALA PATA. Eran tiempos en que Dave Bizant se calzaba la 1 del Southampton inglés. Llegaba la hora del almuerzo y el muchacho estaba dispuesto a comer. Con el plato de comida en la mano, abrió la heladera para sacar aderezos y, sin querer, rozó con su codo la mayonesa. En un acto reflejo, colocó el empeine para evitar que el tarro caiga al piso y se despedace. Lamentablemente, un trozo de vidrio se le alojó en el tendón. Le costó dos meses de tratamiento.

PEQUEÑO DEMONIO. David Batty (Leeds, dos etapas, Blackburn Rovers y Newcastle) protagonizó una historia de autitos chocadores. El futbolista se entretenía con su hijo en el jardín de su hogar cuando el niño lo atropelló con un cuatriciclo. El volante se rompió el tendón de Aquiles y estuvo medio año parado.

ESTE ES PARA VOS. Y los goalkeepers se siguen sumando a la sección. Volkan Demirel del Fenerbahçe turco disputaba el clásico ante el Galatasaray, allá por 2004. Con el triunfo consumado y una gran actuación, todo era alegría. Pero luego del pitazo final la sonrisa se desdibujó. El hombre se sacó el buzo y lo tiró a la tribuna con tanta mala fortuna que se dislocó el hombro. De no creer.

POMPA DE JABON. Carlos Tevez llegó para reforzar el City proveniente del United en la segunda mitad del 2009. A fuerza de goles y entrega, el Apache se ganó el cariño de la mitad celeste de Manchester. Sin embargo, empezó torcido: Carlitos se dobló el tobillo izquierdo al bañarse. El esguince le impidió disputar el partido con la Selección del miércoles 12 de agosto de 2009 ante Rusia en Moscú (Argentina ganó 3-2).

CADA COSA EN SU LUGAR. El guardavalla del Paris Saint-Germain Grégory Coupet tiene fama de ordenado. Tanto, que un sábado sin obligaciones laborales se propuso limpiar su casa. Y empezó con los estantes del garaje… Entre tanto berenjenal de cosas, al francés se le cayó una caja en la cabeza que le ocasionó un corte. En ese momento era jugador del Olympique y se perdió el duelo con el Saint-Etienne.

SPIDERMAN. Al sudafricano Rowen Fernández no le adjudicaron el mote de Hombre Araña a fuerza de estridentes voladas o por saltar edificios de noche. Le cayó ese apodo porque terminó internado a causa de una picadura de su propia tarántula. Es que al africano le encanta tener mascotas exóticas en su casa.

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