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jueves, 1 de marzo de 2012

Grandes Decepciones: Edson Cholbi Nascimento (Edinho), el hijo de Pele


Fama, dinero, y mujeres. No es fácil ser hijo del mejor futbolista del mundo. Imaginen, entonces, lo que debe haber sido crecer en la piel de Edinho, el hijo de Pelé, uno de los futbolistas más grandes de todos los tiempos.

Es probable que, cuando nació, el 27 de agosto de 1970, O Rei haya sospechado que varios años después lo imitaría en la profesión y en el club cuya camiseta vistió durante toda su trayectoria en Brasil: Santos. Y no se equivocó.

Pero primero el joven experimentó con los deportes más populares en Estados Unidos, donde se mudó cuando su padre jugaba en el Cosmos y donde vivió hasta bien entrada la adolescencia. Así, el básquet, el béisbol y hasta el fútbol americano le fueron sacando lugar al soccer, que recién comenzaba a popularizarse en ese país y que hasta entonces era visto como un deporte practicado por mujeres. Alguna vez, Pelé recordó que cuando Edinho iba al colegio lo invitaron a una premiación de su hijo y pensó que iba a ser como mejor futbolista. Pero no. El muchacho había sido elegido como el mejor jugador de béisbol.

Durante los primeros años de su adolescencia, Edinho viajaba a Brasil para pasar las vacaciones y reencontrarse con su padre, que a esa altura ya se había divorciado de su madre, Rosemeri. Luego retornaba a Estados Unidos y el fútbol, otra vez, quedaba de lado. Hasta 1986, cuando regresó a su país por un período más largo. Por consejo de Pelé fue a probarse a las inferiores del Santos. Falto de ritmo, lo mandaron al arco, donde decía sentirse a gusto.

De nuevo en tierras capitalistas, durante dos años fue el arquero de un equipo amateur dirigido por ex compañeros de O Rei en Cosmos. Allí se enfrentaban contra otros conjuntos de descendientes de europeos y latinos. Edinho se destacaba, pero al mismo tiempo llegaba a la edad en la que tenía que decidir si seguía una carrera universitaria o si dejaba el estudio de lado y se convertía en futbolista profesional.

Y eligió la segunda opción. En 1990 debutó en las juveniles del Santos y pese a que tuvo un rendimiento bastante digno no pudo evitar la derrota de su equipo. Pero el pibe quería jugar más seguido y no tuvo otra opción que ir a buscar minutos lejos de casa. No le hizo falta cambiar de estado. Portuguesa Santista (1992) le abrió las puertas y allí, lejos de los lujos, conoció lo que era luchar para sumar un punto de visitante en la Segunda División. En octubre de ese año corría picadas por las calles paulistas cuando su amigo, Marcílio José Marinho de Melo, perdió el control del auto que manejaba y mató a un motoquero. Ambos serían juzgados y condenados varios años después. Mientras tanto, defendió los colores del São Caetano en 1993.


Un año más tarde, a los 23, tuvo la oportunidad de su vida. Regresó al Peixe para, por fin, debutar con los profesionales. Gabriel era el arquero titular, pero cometió varios errores y perdió el puesto. El 6 de febrero de 1994 Edinho salió a la cancha por la cuarta fecha del torneo paulista ante Santo André, justo el mismo club contra el que había debutado O Rei a los 15 años. El conjunto de Vila Belmiro perdió 1 a 0 con gol de Claudinho de cabeza, pero el pibe poco tuvo que ver. Más tarde, se afianzó y tuvo una destacada labor en el torneo brasileño de 1995, en el que Santos llegó a la final contra Botafogo, que contaba con figuras como Donizete, Túlio Maravilha y Sergio Manoel.

En 1996, en un partido ante Paraná Clube, se rompió los ligamentos de la rodilla. Estuvo diez meses alejado de las canchas y cuando recuperó la forma física, Zetti le ganó el puesto. En 1998 pasó a préstamo al Ponte Preta para disputar el campeonato nacional. No estuvo mucho tiempo. En 1999 volvió al Santos para retirarse pocos meses después, cansado del mundo del fútbol, con apenas 28 años.

Y ahí estallaron los problemas. Antes de la llegada del 2000 fue condenado a seis años de prisión por aquella picada mortal, pero quedó en libertad en suspenso. Volvió a las noticias en junio de 2005, cuando fue detenido junto a otras 50 personas en una operación para desmantelar una cuadrilla de traficantes de droga vinculadas a facciones del Primeiro Comando da Capital (PCC) y el Comando Vermelho (CV).

La policía había detectado que Edinho mantenía con frecuencia comunicaciones con Ronaldo Duarte Barsotti de Freitas, Naldinho, capo del tráfico de drogas e hijo de Pitico, un ex compañero de Pelé en Santos y Cosmos. En esa ocasión, Edinho negó sus vínculos con los narcos, pero confesó su adicción a la marihuana: “Este desahogo sirve para que los jóvenes no sigan el mismo camino que transité desde que dejé el fútbol profesional. Víctima de una fuerte depresión, me convertí en dependiente químico”, admitió O Filho do Rei, que consumía desde los 13, pero había vuelto a consumir tras el retiro. Le dieron la libertad provisoria, pero cayó preso nuevamente en febrero de 2006, esta vez acusado de lavado de dinero, también proveniente del tráfico de sustancias ilegales. Un habeas corpus lo salvo a fines de año.

A comienzos de 2007 comenzó a trabajar como auxiliar técnico del Litoral, un pequeño club paulista apadrinado por Pelé. Pocas semanas después se sumó a Santos, donde continúa hasta estos días, aunque sin ninguna función específica.

Fuente: www.enunabaldosa.com

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