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martes, 28 de febrero de 2012

Lo mejor de una entrevista de El Grafico con Diego Forlán 2011

¿Es verdad que entre los 5 y los 12 años metiste 300 goles? Según mi viejo, sí, él los tenía contados. No sé si serán 300 pero metí unos cuantos en los campeonatos de liga, hice muchos goles.

¿Por qué empezaste tu carrera en Argentina y no en Uruguay? Se dio así. Veía que en Uruguay no tenía muchas oportunidades y el fútbol argentino siempre me gustó, era un sueño venir acá.

Cuando Independiente te vendió, de acá te fuiste como jugador de Middlesbrough y apareciste en el Manchester. ¿Qué pasó en el avión? Es verdad, yo de la Argentina me fui para el Boro, pero el interés del Manchester siempre estuvo y yo lo sabía. Llegamos a Londres y cambió el destino: en vez de ir para Newcastle enfilamos para Manchester. No me iba a andar quejando.

¿Por qué el Manchester fue el único club donde no rendiste? Fue el momento que me tocó. En realidad pude jugar y meter goles pero también tenía grandes jugadores adelante. Otra cosa no se podía pedir.

Uno se da cuenta de que sos derecho recién cuando pateás los penales. ¿Para vos es lo mismo darle de zurda o derecha? Hoy, sí. La verdad que nunca tuve problemas en darle indistintamente con las dos. De hecho, en la última temporada metí más goles con la zurda que con la derecha. Y eso que con la derecha pateo los penales, eh.

¿Y no te da para patear los penales de zurda? No tendría problemas, ¿cómo no? Pasa que... no lo vayas a errar, viste, sino te putean todos, absolutamente todos.

¿La virtud de darle igual con las dos es innata o la puliste con el tiempo? Lo aprendí con los frontones. Desde muy chico, mi viejo me llevaba al Carrasco Lawn Tennis Club, ahí pateaba y también jugaba al tenis. Había varios frontones y mi viejo me hacía pegarle de zurda, para mejorarla, porque yo era derecho. A mi viejo le gustaba llevarme al club y yo jugaba a las dos cosas, al fútbol y al tenis.

¿Cuándo decidiste entre el tenis y el fútbol? Cerca de los 14 años, todavía no estaba en Inferiores. Yo iba al Carrasco, y en un momento arranqué con el fútbol, después dejé y empecé con el tenis, también lo dejé, en un momento no hice nada, y al final decidí por el fútbol.

¿Por qué elegiste el fútbol? Justo se dio que me padre había sido nombrado director deportivo de las juveniles de Peñarol y me insistía bastante para que fuera con él, viste, porque a mí me gustaban mucho los dos deportes. Ahí empecé a ir a Peñarol y me quedé. O sea que mi viejo influyó bastante.

Y si hubieras sido tenista, ¿entre los 100 mejores te metías? Yo qué sé... es complicado saberlo. El tenis me encanta y lo sigo jugando hasta el día de hoy cada vez que puedo. Juego seguido con el Pato Clavet, por ejemplo, y nos divertimos.

Ferguson siempre me decía que jugara con los tapones intercambiables, los altos, los de lluvia, yo no me sentía cómodo con esos, entonces siempre quería usar los cortos. Una vez, contra el Chelsea, si controlaba bien y no me resbalaba quedaba bien de macho al arco para patear, pero pafff, me resbalé y perdí la ocasión, entonces salí rajando del campo de juego apenas terminó el partido para cambiarme los botines en el vestuario y que no se diera cuenta. Esquivé a mis compañeros, a todos y llegué al vestuario corriendo, entonces me saqué el izquierdo, me saqué el derecho y cuando me iba a poner los otros apareció Sir Alex y me dijo de todo.

5¿Qué arquero te tiene de hijo? A ver… (piensa) te voy a nombrar uno y no lo vas a creer: el Flaco Vivaldo. ¿Sabés que no le pude hacer ningún gol? Conmigo se atajaba la vida siempre. Una vez lo agarré antes de un partido contra Chacarita y le dije: “Escuchame, Flaco, no te aguanto más, conmigo te hacés las mejores atajadas, las sacás de los ángulos y después te mandás cada cagada increíble”. El me contestó: “El día de mañana voy a estar sentado con mi hijo y le voy a contar que Diego Forlán no me hizo ningún gol”. Me veía futuro.

Nombrame un defensor mala leche. Nosé si mala leche, pero Cannavaro es jodido. Las veces que lo enfrenté me resultó molesto, tiene mucha maña y te sabe marcar.

¿Quiénes son los mejores amigos que te dio el fútbol? Gaby Milito, Simao Sabrosa, Mariano Strazzulla, un chico al que conocí en Independiente, Leandro Avila, otro que hoy está jugando en el ascenso. Con Gaby hablamos mucho en España.

¿Quién fue el mejor asistidor que tuviste? Román, seguro. Sabe tus movimientos y mete el pase justo.

Cuando Pellegrini marginó a Riquelme, ¿nadie fue a hablar con el DT para defenderlo? Siempre tenés charlas con el entrenador, pero la decisión estaba tomada, las cosas iban mal y nadie podía hacer nada.

¿Por qué Román genera tantos amores y odios? Cada uno tiene que saber cómo es cada persona que tiene al lado, como cada uno tiene a su mujer y le conoce las cosas. No todos somos iguales. Román tiene su personalidad, su manera de ser y como compañero vos tenés que aceptarlas. Si sabés cómo es él, si tiene esa manera de ser, uno debe ser inteligente y saber llevarlo.

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